jueves, 13 de mayo de 2010

Automedicarse puede ser mortal

El uso de fármacos sin prescripción médica no solo puede complicar nuestra salud, sino también podría desencadenar la muerte.

Hace una semana, una noticia alertó a muchas personas que se automedican. Una joven madre murió tras aplicarse una ampolla, ‘recetada’ por el encargado de una botica, para aliviar su dolor de amígdala. Nunca imaginó que ese fármaco le iba a causar una reacción alérgica que acabaría con su vida.

Este caso ha puesto nuevamente sobre el tapete el gran problema de la automedicación que, lamentablemente, el 43% de limeños practica.

Víctor Dongo, director de la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid), advierte que esta mala costumbre es como jugar con la salud. “Es como si uno cogiera un arma cargada con una bala y al azar se disparara en el cerebro una y otra vez, sabiendo que en cualquier momento esa bala puede llevarlo a la muerte”, explica.

RESISTENCIA Y REACCIONES.

Un ejemplo del peligro es el uso de somníferos y tranquilizantes sin indicación médica. Estos fármacos pueden causar lesiones cerebrales severas e, incluso, provocar la muerte por sobredosis. Así lo advierte el doctor Manuel Escalante, coordinador de la Estrategia Sanitaria de Salud Mental del Ministerio de Salud.

Por ese motivo, invocó a la población evitar la automedicación o dejarse llevar por recomendación de amistades, pues los fármacos tienen que ser prescritos por un especialista y para un tratamiento específico.

La automedicación de antibióticos (de gran valor sanitario para el tratamiento de enfermedades infecciosas causadas por bacterias) es otro gran problema. Su uso indiscriminado está ocasionando resistencia bacteriana.

La doctora Susana Vásquez, jefe del equipo de Uso Racional de Medicamentos, de la Digemid, explica que la resistencia microbiana disminuye la eficacia de los antibióticos, y al perder su efecto terapéutico, una enfermedad puede agudizarse y no responder a los tratamientos establecidos, lo que lleva a la necesidad de recurrir a una terapia alternativa que generalmente incluye medicamentos de segunda o tercera línea, con un incremento significativo de los costos.

Ya está advertido, recurra al médico antes de comprar una medicina.

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